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Celia Alvarado Camacho, field coordinator of Sonoran Institute and a member of the Francisco Murguía community, prepares soil and pots for growing cottonwood trees.
Civil society organizations in Latin America have faced extraordinary circumstances since the beginning of the pandemic. The communities they support have presented sudden and urgent needs, both health-related and economic. Almost universally, organizations’ existing work has been made more complicated by pandemic closures and restrictions, which although necessary, have made it more difficult to reach and serve the most vulnerable. And, of course, these organizations are made up of people, who have faced new difficulties and sometimes tragedies in their own lives.
At Tinker, we have seen firsthand how organizations have confronted these challenges with commitment and creativity. In many cases, they have added to their existing activities and services to help meet the needs of the communities, while also adapting their approaches to a totally new context.
We asked three Tinker grantees – Organization for Youth Empowerment (OYE), the Sonoran Institute in Mexico, and Women’s Justice Initiative – how they have responded to the pandemic. While each organization works on distinct issues in different contexts, the common themes of community focus, willingness to experiment, and resilience come through in each case. Their accounts also reinforce how profoundly communities across Latin America have been affected by COVID-19 and the significant work ahead to recover and rebuild.
Read the full interviews with OYE, Sonoran Institute, and Women’s Justice Initiative.
SPANISH
“Resiliencia, creatividad y solidaridad”
Tres organizaciones reflejan sobre su trabajo en el último año
Celia Alvarado Camacho, coordinadora de campo del Sonoran Institute y residente de la comunidad Francisco Murguía. Celia está preparando tierra y macetas para cultivar álamos.
Las organizaciones de la sociedad civil en América Latina se han enfrentado a circunstancias extraordinarias desde el inicio de la pandemia. Las comunidades a las que apoyan han presentado necesidades repentinas y urgentes, tanto de salud como económicas. Casi universalmente, el trabajo existente de las organizaciones se ha complicado más por los cierres y restricciones sanitarios, los cuales, aunque necesarios, han complicado sus esfuerzos de alcanzar y atender a los más vulnerables. Y, por supuesto, estas organizaciones están formadas por personas que han hecho frente a nuevas dificultades y a veces tragedias en sus propias vidas.
En Tinker, hemos visto de primera mano cómo las organizaciones han lidiado con estos desafíos con compromiso y creatividad. En muchos casos, han ampliado sus actividades y servicios para ayudar a satisfacer las necesidades de las comunidades, al mismo tiempo que adaptan sus formas de trabajar a un contexto totalmente nuevo.
Le preguntamos a tres organizaciones – Organization for Youth Empowerment (OYE), Sonoran Institute y la Iniciativa de los Derechos de la Mujer en Guatemala – cómo han respondido a la pandemia y qué han aprendido. Si bien cada organización trabaja en temas distintos y en contextos diferentes, los temas comunes del enfoque comunitario, la voluntad de experimentar y la resiliencia institucional se manifiestan en cada caso. Sus relatos también refuerzan la profundidad con la que las comunidades de América Latina se han visto afectadas por COVID-19 y el importante trabajo que hay por delante para recuperarse y reconstruirse.
Lean las entrevistas con OYE, Sonoran Institute, y La Inicitativa de los Derechos de la Mujer.